Llevamos más de medio año de pandemia y muchas cosas están cambiando. Me planteo la situación como una necesaria reflexión. A lo largo de este tiempo a todos nos han ocurrido cosas importantes, y, la mayoría no han sido agradables.
Hemos visto contagiarse a familiares y conocidos, el fallecimiento de algunos sin poderles acompañar en su descanso definitivo. El cierre de pequeños negocios que siempre han dado vida a nuestro pueblo. Nuestra asistencia médica, de la que a nivel asistencial presumíamos se ha deteriorado. La situación de nuestras residencias de ancianos han evidenciado su falta de medicalización y escasez de profesionales sanitarios y sociales para una correcta asistencia. El inicio del curso escolar, en algunas familias, no lleno de dificultad para asumir las nuevas tecnologías y la convivencia familiar. La restauración, la hostelería y el ocio limitados y mermados. Las familias obligadas a mantener distancia y limitaciones nunca vividas en tantos años de cambios económicos y sociales que nos permitían progresar. Nuestros jóvenes inquietos por su futuro laboral y profesional. Las celebraciones y fiestas populares abolidas o limitadas a la mínima expresión. La cultura y el deporte mermados por tanto temor y presión. Otras múltiples facetas de nuestra vida diaria suspendidas o desaparecidas en espera de un mejor futuro.
¿ Se han hecho bien los deberes?... Llevamos tiempo diciendo que no era el momento de buscar culpables, y si los buscamos cada cual encontrará algunos, posiblemente mas poderoso o mas débil, de una raza u otra, de uno o distinto nivel social, casi siempre encontraremos en los otros los culpables.
Pero yo pienso, que aparte del virus COVID 19, de los errores ecológicos contra la naturaleza, de la sobreexplotación de las fuentes naturales, nuestra propia ambición, nuestra ignorancia por y hacia lo demás y los demás, nos ha llevado a una situación caótica.
Podemos, con facilidad criticar o mostrar la debilidad de las Instituciones y de nuestros políticos, pero no podemos justificar lo innegable; Todos estamos involucrados. Demos preferencia a soluciones y disminuya la hostilidad.
Veo por otra parte el comportamiento de cientos, miles de ciudadanos, que desde Entidades benéficas y ONG siguen su trayectoria de colaboración y servicio hacia los demás, sobre toda hacia los mas necesitados, Caritas, Cruz Roja, Protección Civil, y en otra línea nuestras Fuerzas de seguridad y Orden público, que con fidelidad acatan acciones a veces peligrosas o contradictorias.
La culpabilidad, que a veces es más ignorancia que mala fe me cuesta trabajo atribuir a nadie. Sólo no se equivoca quien no actúa, quien no hace nada, quien no aporta ayuda y soluciones, y, desde esa posición la crítica y la reclamación de nuestros derechos se convierte en una letanía habitual y frecuente. Yo mismo me culpo, y no sólo por mi edad, soy persona de riesgo de no haber podido aportar en primera línea los conocimientos que mi profesión y mi experiencia a lo largo de casi 50 años de médico podría haber canalizado, es cierto que a pesar de esos condicionantes algo mas siempre es posible.
Pero independientemente de la crítica y de la autocrítica, ahora estamos en otro momento. Seguro que algún día habrá vacunas, fármacos eficaces, pero es un consuelo a medio o largo plazo y hay hechos que no podemos obviar.
En este momento como sociedad hemos de actuar con solidaridad, difícil palabra de aplicar, pero tampoco nos limita nuestra independencia y libertad asumiendo las responsabilidad que nos toca.
Creo debemos estar a la altura e las actuales circunstancias, desde quienes gobiernan, Estado, Comunidad Autónoma, Ayuntamientos, Instituciones profesionales, laborales, educativas, sanitarias, y un largo etc hemos de aportar nuestros valores y nuestra experiencia de ciudadanos.
Desde el movimiento asociativo he aprendido sobre todo a compartir, a dar y también a recibir, y no sólo bienes materiales, hay otros valores que no se cotizan con dinero ni en bolsa, son nuestros propios valores, y con sinceridad creo que en eso Totana es un gran pueblo, un gran lugar donde nacer, vivir, incluso soy osado en decirlo, morir.
Ahora toca, y no quiero sermonear a nadie, no es el momento, ya lo haremos, pero primero , entre todos luchemos por nuestro pueblo, por nuestra Comunidad por nuestro país. Todos a una como en la celebre obra teatral de Lope de Vega seamos capaces de reconocernos todos como verdaderos luchadores y adalides de nuestros excelentes principios morales y solidarios.
Totana, totaneros, mi mejor disposición y mi mejor saludo.
Manuel Moreno Moreno